Escrito por: Deathbater 04 noviembre, 2013


Aclaración: el contenido que verás a continuación no aporta ayuda, guías o tutoriales. Simplemente es una historia ficticia creada por mí (basada en la biografía del héroe).
Para ver guías o consejos puedes buscar las demás entradas a la derecha del blog. Espero que les guste, el contenido es propio:



Descendiente de la Orden de Caballeros, Davion nació prácticamente con espada en mano.
Entrenado en el combate cuerpo a cuerpo desde que tuvo memoria, el joven caballero no conoció otra cosa que la batalla, el honor y los ideales de un guerrero.

No fué sino hasta que alcanzó la mayoría de edad que fué puesto bajo la maestría del mejor caballero de Uthor
ian, quién enseñó al irracional joven a controlar su temperamento en batalla, y a defenderse de ataques a distancia.

Fue él quien le nombró por primera vez la leyenda de los Eldwurm, las criaturas más temidas y adoradas desde la creación.
Estos poderosos monstruos se diferenciaban del resto de los Dragones, ya que los Eldwurm poseían alma y estaban dotados de inteligencia y sabiduría.


Los ojos de Davion brillaban con el fuego del campamento mientras le contaban las leyendas que fueron transmitidas de generación en generación. Había entusiasmo en su mirada, pese a que su maestro le restó credibilidad a la historia y se refirió a ellas como "solo leyendas perdidas en el tiempo".

Pero una historia tan antigua debía esconder algo más.
Davion dedicó sus siguientes años a entrenar y, secretamente, a investigar las leyendas que lo cautivaron esa noche.

Y el tiempo pasó.
El joven caballero se convirtió en el  mejor guerrero de la Orden, y era respetado allí donde pusiera un pie.
Temido por los enemigos, adorado por su pueblo, Davion el caballero tenía todo cuanto podía desear un guerrero.
Ya no había enemigos que derrotar en su reino. No había mas pruebas para demostrar su valía.
Pero sus ojos reflejaban algo más. Un sueño sin cumplir, una meta sin alcanzar.

Había avanzado muy poco en su búsqueda de esa leyenda, hasta que en unas viejas ruinas encontró un antiguo libro que contenía en él los conocimientos de los antiguos pobladores de esta tierra.


Invadido por emociones que no había sentido hace años, Davion abandonó su reino en busca del último Eldwurm: Slyrak.

Tardó un año completo en alcanzar las altas tierras de los antiguos wyvern a las que el libro hacía referencia.
Y allí, en una gigantesca caverna olvidada de la mente de los hombres, estaba lo que él buscaba.
Sentía que había nacido para esta batalla, y que el destino debía decidir su glorioso desenlace:
Moriría con honor bajo el infernal poder de la bestia, o su victoria sería recordada por generaciones.


Davion infló su pecho del aire de la montaña, y entró con paso firme a la oscura cueva.
Lo que sus ojos presenciaron allí lo petrificaron.

La ancestral bestia había perdido todo su poder. Incluso para un ser que roza la inmortalidad, a este Eldwurm no le quedaban más que unos pocos años de vida.

Despojado de la gloria y el temor que infundió antaño.
Sus alas ya no eran capaces de levantar vuelo, todas gastadas y agrietadas.
Sus dientes habían perdido el filo, y algunos ni siquiera estaban.
Las pocas escamas que le quedaban estaban pudriéndose.
No había muestras de que a ese gigantesco Dragón le quedaran fuerzas para carbonizar a nadie, ni siquiera podría pelear.

Y ahí, frente a la enorme y desgastada bestia, estaba Davion. Mirando en silencio a la criatura de las leyendas.
No había honor ni gloria que le esperase en matarlo.
Su entrenamiento como caballero le decía que debía dejar morir en paz a tal majestuosa bestia, por que pese a que su cuerpo estaba desgastado por la erosión del tiempo, su mirada penetraba el alma de quien la viese.
Los ojos del Dragón brillaban con un rojo intenso mientras el caballero le observaba. No cabía dudas del poder que había tenido esa cosa en épocas pasadas.

Davion se volteó, sin decir palabra, para dejarlo morir en paz.
A sus espaldas, la presencia del dragón inundó todo el lugar, y el caballero escuchó una voz en su cabeza.
Era una voz grave, tan antigua como el Padre Tiempo.

"No hay más honor aquí para mí, caballero. La llama de mi existencia se apaga poco a poco.
Prefiero morir bajo tu espada a ver como se pudren mis huesos. Concédeme esa única petición y recompensaré tu larga búsqueda. "


El guerrero se volteó para ver a Slyrak, quien se había acercado a él y esperaba que lo liberasen de la tortura de su existencia.

Davion no necesitaba explicaciones. Como caballero entendía mejor que nadie que es mejor morir mientras tu cuerpo y tu mente aún responden a dejar que poco a poco se consuman en una miserable existencia.
Su espada no dudó al momento de hundirse en el pecho de la bestia.

En ese momento, el dragón atravesó la garganta del caballero con una sus garras.
Slyrak le susurró una vez más en su mente.
"Espero que aprecies mi regalo, joven guerrero. Ahora, los dos somos uno."

La sangre que emanaba del cuerpo del dragón comenzó a mezclarse con la del propio Davion, otorgándole una fuerza y sabiduría que solo podrían ser acumuladas por milenios de existencia.
Para cuando la bestia exhaló su ultimo suspiro, el Caballero Dragón había nacido.




Desde ese día, un poder infernal duerme dentro de Davion. 

Ahora el caballero tiene una nueva meta:
Una guerra está comenzando al norte, donde los mejores héroes que existen se enfrentarán. Puede sentirlo en el aire, la guerra por los Ancestrales ha comenzado.
Ahora el legendario poder de Slyrak permance dormido dentro del guerrero, despertándose cuando él lo llama.

¿O es el Dragón quien llama al caballero?..




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Nota: No voy a dejar de subir el otro material. Las guías, tips y reviews son la base de este Blog y están entre mis prioridades.

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